Consejos para evitar las algas en la piscina

Del azul al verde, hay un paso. Y en el caso de una piscina, indica una falta de cuidado de la higiene del agua o un control erróneo de los niveles de calidad del agua. El color verde en la piscina no es otra cosa que una evidencia de que el agua está repleta de gérmenes y bacterias que se reproducen a gran velocidad y que dan lugar a las temidas algas. Esto ocurre cuando los niveles de cloro no son  óptimos, el agua está a temperatura excesiva y el pH supera nos niveles recomendables. Además, veremos como el depósito de estos microorganismos vegetales en el fondo generan una película resbaladiza nada agradable para el bañista.

Lo mejor para resolver el problema es conocerlo bien. Así que analicemos los tipos de algas que podemos encontrarnos en nuestra piscina.

El primer tipo responde a unas algas que enturbian y mucho el agua de la piscina. Son las más habituales pero se eliminan fácilmente con un tratamiento de cloro y un rectificador del pH. Si a esto le unimos algún tipo de compuesto que mate las algas, la solución del problema está garantizada.

Otro tipo bastante habitual se presenta en forma de círculos amarillos o de tonos ocre que aparecen en paredes o rincones de la piscina donde casi nunca da el sol. Normalmente, el cloro no es efectivo para este tipo de manchas, por lo que será necesario cepillarlas intensamente y aplicar algún producto que mate estas algas.

El último tipo de alga que destacaremos hoy aquí, suele estar relacionado con piscinas poco cuidadas. Son de color negro u oscuro y suele adherirse a las juntas de las baldosas. Si el problema es grave, tendremos que vaciar la piscina y solucionar el problema. Pero, si no están muy arraigadas, repasaremos la zona con un cepillo metálico para intentar quitarlas. Además, podemos completar el tratamiento con un alguicida potente si el problema persiste.

Sin embargo, mantener correctamente los niveles de cloro y el pH es la mejor garantía para evitar este problema. También ayuda  mucho aplicar un sistema de filtración adecuado, que luche contra la mala circulación del agua, las temperaturas elevadas o la falta de movimiento. Estos factores pueden verse agravados por situaciones como una tormenta o ventisca. Por ese motivo, es necesario controlar constantemente que los niveles son correctos y la situación general de la piscina es óptima.